Descripción
Lo último que me esperaba cuando me acogieron en esta casa como estudiante de intercambio, era que me quisieran usar como juguete sexual. La pareja era muy maja y generosa, así que me invitaban a compartir todo tipo de actividades aunque, sospechosamente, siempre se les escapaba un roce o una caricia de mas. A los pocos días la morena me sorprendió apareciéndose completamente desnuda frente a mí y, detrás suyo, el marido. Ese día montamos nuestro primer trío, en el que pude follarme a la morena tetona y disfrutar de la mamada maravillosa que me hizo, aunque me sentí forzado a comerle la polla al marido y a follármelo por el culo delante de la esposa. Esa fue mi primera experiencia bisexual, y quiero que sea la última. Sospecho que el tío siente que ahora es mi turno de darle el culo, y no pienso dejarme desvirgar el ojete.
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