Descripción
Encontrar un sitio que tuviera una piscina de aceite para luchar fue un milagro. Siempre había fantaseado con probar la lucha mixta en aceite. Era una lástima que estuviera con mi cuñado y no con mi novio. De otra manera, podríamos haber acabado desnudos, con los cuerpos embadurnados en aceite, follando apasionadamente. Por suerte mi cuñado entendió los límites que le puse y acordamos pelear en ropa interior. ¡No os podéis imaginar lo mucho que nos excitamos! Aunque no nos desnudamos, nos rozamos y nos tocamos cada parte de nuestros cuerpos, y en muchas ocasiones me apoyó la polla dura en la boca y en el coño. Obviamente, yo no me quedé atrás, y le hice comerme el chocho con las bragas puestas cuando logré dominarlo.
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