Descripción
Desde que tengo uso de razón, los juegos con mi hermana mayor siempre han sido sexuales. Ella me lleva dos años de diferencia, así que siempre me ha tocado jugar de sumisa y obedecerle en todo. Ya estoy tan acostumbrada que, más que hermana, me siento su esclava. Ella me hace todo lo que quiere, así que a veces me ata para desnudarme sin que yo pueda defenderme y me masturba hasta hacerme correr. Lo que más le gusta es ponerme a cuatro patas y simular que me folla por detrás, aunque más de una vez lo ha hecho con sus juguetes. Sinceramente, debo confesar que lo disfruto bastante, sobre todo cuando me come el coño. Los orgasmos que tengo jugando con mi hermana son mucho mejores que los que me provoca mi novio follándome. ¡Qué lindo es ser lesbiana!
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