Descripción
Su madre era la que mejor le conocía, por lo que no ocultó cosas que solo sabía para él del resto de sus amigos. Sus preciosas manos habían estado muchos años masturbándome cuando yo quería sentir placer. Esta vez, mi mami tetona se puso en pompa para ofrecerme su culo, y yo lo usé, pero a medida que me fui haciendo mayor parecía que la pasión que había entre los dos se había ido apagando hasta que un día la pillé por banda y tras verla con el camisón rosa recién acostada me metí en su cama y le di el mismo revolcón que solíamos pegarnos antiguamente. Su culito siempre pedía mi polla 🙂
