Descripción
Esta cárcel de mujeres es por lejos la más severa de todo el continente asiático. Las prisioneras son sometidas a toda clase de vejaciones y humillaciones, ya que los guardias se divierten con ellas gracias a que la directora de la prisión es una pervertida muy sádica. A menudo las pone a competir entre ellas en juegos muy perversos, que siempre terminan con una o varias de ellas desnudas, mamando pollas, dejándose tocar el coño o follando. Algunas presas han aprendido a disfrutarlo. Otras, en cambio, tiemblan cuando la ven aparecer. La presencia de la directora nunca es buen augurio. Siempre, sin excepción, es sinónimo de sexo y humillación.
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