Descripción
Dejarme llevar por la mujer de mi hermanastro fue lo mejor que me pudo pasar en la vida. Gracias a ella descubrí lo mucho que me gustan las mujeres. De otra manera, jamás se me hubiese ocurrido mirar a una tía con ojos de deseo. Ella fue la que tomó la iniciativa, y no sé cómo se le pudo ocurrir que yo, en vez de mandarla a tomar por culo, la dejaría besarme, chuparme las tetas y comerme el coño. Para seducirme, se comportó literalmente como un hombre. Me arrinconó contra la pared, me empezó a tocar y me hizo tener mi primer orgasmo como lesbiana restregando mi coño contra el suyo.
