Descripción
Ambar Prada tenía bien claro cómo vengarse del novio para hacerlo sufrir tanto o más que lo que él la hizo sufrir a ella. El cabrón la había engañado, y se tenía bien merecidos unos buenos cuernos. ¿Qué mejor que ponérselos con el tío al que siempre le había tenido celos? Ambar nunca tuvo la intención de follarse al compañero de la universidad, pero sin embargo el novio no paraba de celarla con él. Entonces, la latina lo invitó a la casa, lo llevó a la cama, se desnudó, le mamó bien la polla y se lo folló bien rico hasta que, al final, le pidió que se corriera dentro de su coño. Esa era la frutilla del postre. Recién después de que el novio le comiera el chocho y probara su semen, le contaría la verdad.
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