Descripción
La pobre Samantha Bell ya está resignada. Esta latina de hermosas tetas y gran culo está acostumbrada a que en cada trabajo los jefes quieran propasarse con ella, cuando no son también los empleados. Tener un cuerpazo escultural y una cara de puta tremenda no le ayudan demasiado. Al final termina renunciando a todos los curros, y así fue como acabó probando suerte como chacha. Lamentablemente, nada cambió. El primer día de trabajo, su nuevo jefe le ofreció dinero extra a cambio de que limpiara y fregara desnuda. Después le pidió que le dejara masturbarse mirándola y ya no pudo detenerse. Samantha entendió que no había vuelta atrás. Su destino era el de ser follada en todos los trabajos, y se sentó en su polla para cabalgarla…
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