Descripción
El negro era el último cliente que tenía que atender la masajista latina tetona ese día, así que quería terminar rápido con la sesión de masajes para irse a la casa. El problema fue que, a diferencia de los demás clientes a los que tenía que levantarles las pollas a pajas y mamadas para que les pusieran duras, este negro era bien polludo y la tenía como una piedra. Eso la puso muy cachonda, así que empezó a tocársela instintivamente y acabó masturbándolo hasta sacarle la leche. Para calentarlo más se quitó la camiseta y le enseñó las tetas, pero el negro estaba tan cachondo que se hubiese corrido igual sin vérselas.
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