Descripción
El conductor del autobús se daba cuenta de que la morena que estaba sentada en el primer asiento no paraba de mirarlo, pero no encontraba la oportunidad de coquetearla hasta que se bajó el último pasajero y se quedaron solos. Entonces, detuvo el autobús al costado del camino, sacó la polla y le preguntó si quería chupársela. Ella asintió con una sonrisa y rápidamente se puso a hacerle una mamada de campeonato. El negro no sabía que la fantasía de la morena era probar el sexo interracial, pero lo supo enseguida cuando le pidió que se la follara allí mismo.
Categorías